Mi mente habla también en su silencio.
Primer escena: Acostado en mi cama me fumo el primer cigarrillo del día y pensamientos un poco banales cruzan mi cabeza.
Sí es curioso que llegara a este lugar, a este momento. Pero no es una coincidencia, es mi caminar por el sendero de esta vida, son los caminos que se bifurcan, los que rechacé y en los que decidí quedarme.
Desde que compartí lo que había escrito de mi último cuento dejé de escribir, supongo que lo más preciado de nuestro interior debe quedarse ahí dentro hasta que termine de ser esculpido, siendo una auténtica pieza de nuestra esencia y no un óleo con pinceladas ajenas. Sé que lo voy a terminar con esa misma sinceridad con la que lo empecé, sólo necesito tiempo.
Admirando la danza del humo que sale de mi cigarro decidí que definitivamente no iba a reservarme sólo a los cuentos. Siempre habrá más pretextos que razones, la clave está en darle más valor a las razones. Sólo rechazando nuestra naturaleza guiada por instintos y actuando irracionalmente, corremos los riesgos necesarios para llegar.
Mi razón es escribir, transformar una parte de mi esencia en palabras y expresarla para que pueda ser compartida.
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